Apiensos

Espacio para el debate de ideas y otros contubernios

sábado, junio 12, 2004

¡Puedo volar!

Siempre envidié a las aves porque podían volar, hoy he descubierto su secreto. ¡Sí! Puedo volar, es muy fácil: extiendes los brazos, aligeras el cuerpo, te desprendes de la gravedad y eso es todo. La sensación es hermosa, aunque al principio desconcertante; el que tengas los pies en el suelo crea una idea de vacío, de que puedes caer en cualquier momento; pero ¿quién no se ha caído cuando empieza a caminar? Es la misma situación: hay que aprender a volar.

Entonces lo primero es vencer el miedo y lanzarse, dejar el piso y empezar a flotar, fácil ¿no?, simplemente pruébalo.
Una vez que haz logrado este primer paso, ahora habrá que encontrar la corriente de aire necesaria para deslizarse –una especie de autopista-, al encontrarla simplemente inclinas el cuerpo y dejas que la corriente te lleve.

Para que te animes, te hablaré de cómo fue mi primera vez volando. Por supuesto que pasé por los mayores temores, me preguntaba: ¿y si no puedo?, ¿si sólo es un mito?, ¿si soy muy pesada para esto?, en fin todas aquellas preguntas inimaginables venían a mi mente; pero las hice a un lado y probé, al fin de cuentas, qué era lo peor que podría pasar? Que me diera algunos porrazos, bien valdría la pena, si lograba mi propósito.

Y no sólo fue un porrazo, sino muchos hasta que pude despegar del piso. Una vez que se logra esto, o sea, desprenderse de la gravedad, el resto es muy fácil el instinto te lleva de la mano ¡y vuelas!
Así me inicié en esta aventura, ya no tendría que sufrir con el transporte público, ahorraría mucho tiempo en los traslados pero sobre todo podría ver todos aquellos paisajes hermosos que sólo había visto en los libros o en la televisión.

Así que mi primer viaje largo volando fue a París. Hermosa Ciudad Luz, como la llaman, nombre bien ganado porque es lo que a primera vista se percibe, la luz que irradia la ciudad.

Por supuesto el punto de encuentro fue la Torre Eiffel, así que allí descendí. Desde ese punto se podía apreciar gran parte de la ciudad y su actividad nocturna. Pero me interesaba conocer los famosos Campos Elíseos, el Arco del Triunfo, sus fuentes, parques, y ansiaba que amaneciera para poder ir a Louvre.

Y llegó el tiempo de regresar, pero antes quise despedirme de la ciudad más hermosa que haya conocido, recorriéndola desde el aire desde sus cuatro puntos cardinales. No puedo negar que abandonar aquel lugar era difícil, había deseado tanto conocerlo, que la tentación de quedarme fue muy fuerte. Pero tenía que regresar. Mi vida cotidiana me esperaba: casa, trabajo, familia… Así que con una última mirada me despedí de París.

El regreso fue más rápido, ya tenía experiencia, así que en pocas horas estaba de nuevo en casa.

Creo que la descripción de este viaje ayuda a entender las ventajas de poder volar, el libre movimiento que puede llevarnos a cualquier, acortando las distancias y disfrutando de los paisajes.
¿Por qué no pruebas? Y experimentas todas las sensaciones que he descrito… Ah pero sólo una cosa me ha faltado por decir, el gran secreto, la magia que permite volar es tu imaginación…


Por Heda



Con respecto a lo que sigue, Heda aclara: "Estos pensamientos no son míos, los encontré navegando por la red y me gustaron muchísimo, así que me gustaría compartirlos. Sólo corregí algunos detalles pero su esencia se conserva". Si alguien conoce al autor o autora, favor de hacernoslo saber...


¿Qué debo hacer?
Qué debo hacer para que te fijes en mi,
Para ganarme tu amor y calmar este dolor,
No te has dado cuenta, pero ya no lo puedo ocultar
Que desearte me hace mal, necesito tu calor
Y yo… daría todo por ti… por ti podría morir.

Dime que otra cosa puedo hacer
Para derrumbar esa pared,
Que no te deja verme como soy
Y me prohíbe el paso a tu amor.

Dime como lograr un día enamorarte
Dame alguna pista o dirección
Para conseguir tu corazón.

No puedo más…
¿Tal vez será que me queda grande tu amor?
¿Que el destino me engañó?
Incierto es todo lo que puede pasar…
Por eso voy a esperar…
Te amaré sin condición
Y yo… daría todo por ti… por ti podría morir…

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