Apiensos

Espacio para el debate de ideas y otros contubernios

domingo, septiembre 26, 2004

Opened

filo herrumbroso
certero redentor
deslizándote lento
tiñendo de púrpura
todo con tu rastro
de caracol perverso

eres óbolo místico
para un Caronte incierto
Tueris frente a Hel
Seker ante Akma
Ixtab bendita
o ingenua Bhadrakali

surcos abiertos
en diagonales pares
que me destilan lento
una gota cae, otra
bienvenido el sueño
por fin, opened

Rencoria

martes, septiembre 21, 2004

Farenheit 9/11

Por fin, después de un largo y resfriado fin de semana, ayer tuve oportunidad de ir al cine (hubiera querido ver Novo el viernes, pero la gripe me lo impidió). Como podrán imaginarse [sobre todo los dos o tres lector@s que me conocen], estaba indeciso entre Alien contra Depredador y Farenheit 9/11 (al fin y al cabo, intuía que ambas versarían acerca de lo mismo: «…gane quien gane, nosotros perdemos»). Por lo tanto, dejé la salomónica decisión en manos de LaClau. Así, a pesar de mi resistencia, entramos a la sala seis [una vez más pido disculpas por mis carcajadas a los que tuvieron la desgracia de asistir a la función de diecinueve cuarenta y cinco en los Lumiere de acueducto], donde proyectaban Farenheit 9/11 (sí, soy el naco que quería ver a Alien. Lo siento, pero en el mundillo deathmetalero de mi época, cuando yo era un rockstarcillo, había un cierto fetiche por H. R. Giger. Además, Adam Jones de Tool ayudó en el diseño de la dichosa figurita, so…). Aclaro que aún no sé si me gustó lo que vi. En lo que sigue trataré de explicar por qué.

Primero lo primero. Justo a la entrada de la sala había un cartel/fotomontaje en el que es posible observar a Moore tomado de la mano de Bush. Ambos están sonrientes y parecen ser los mejores amigos: caminan por un bonito y amplio jardín, teniendo como fondo un cielo tranquilo y azul y la Casa Blanca. La primera (y evidente) lectura que se deriva de lo anterior indica que el autor del filme está sacando a Bush de la Casa Blanca. Pero insisto, esta es la lectura que se impone. Puede haber otras, como veremos más adelante.

Con respecto al documental en sí, puedo decir que éste cumple con creces con su objetivo: poner en evidencia la soberana estupidez de Bush. En este sentido, uno de los momentos de mayor sublimación, a mi modo de ver, es aquella escena en la que le avisan al presidente de la nación más poderosa del mundo que ésta está siendo atacada. Ante tal aviso (frente a bunch of kids), el pobre señor se queda sin idea alguna, con la mente en blanco, en la baba, pues. Sólo le faltaban unas orejitas de burro para completar el cuadro. Luego de casi diez minutos de «ausencia» (no se explicarme mejor), Bush toma un librito de recortes, lo hojea, y, finalmente, para recuperar la mirada perdida, decide poner atención a la canción entonada por los párvulos que tiene enfrente. En fin, no quiero contar la trama, ni tengo nada que objetar con respecto a la hechura del documental. Me parece redondo en cuanto a forma y contenido y merece todos los premios que la hayan dado y los que le vayan a dar. Vayan a verla.

Lo que sí, es que al salir de la sala, y luego de burlarme un poco de la señora que a dos butacas de distancia de la mía intentaba disimular el llanto, sentí una desazón que no me permitía juzgar si en realidad el documental me había gustado, o no. Como era previsible, todos mis sentimientos antiyanqui se removieron a más no poder (sentimientos que en realidad no son muchos: me calzo con botas de la American Eagle, mis pantalones son Levi´s u Old Navy, mis T-shirts preferidas son las de letreritos de la HotTopic, utilizo el Hotmail y busco en Google, so, I´m the biggest hypocrite). Hasta me acordé de una conferencia que dio en mi escuelita la coordinadora en México de la campaña de John Kerry y hasta ganas de ser demócrata me entraron (aunque, pensándolo bien, históricamente, quizá desde antes de 1848, la facción demócrata ha sido la que más nos ha fregado ¿qué no?). Ya he mencionado el detalle del cartel a la entrada de la sala. Quizá esto pudiera ser insignificante, aunque creo que también puede ser una clave para acceder a otra lectura [más perversa y literal] del laureado documental: la de que, en última instancia, Moore no está sacando a Bush de la Casa Blanca. Más bien es Bush, sonriente, quien, después de haber ganado las elecciones, conduce a Moore lejos de su vista. Aclaro que ni por equivocación quiero decir que ese sea el objetivo de Moore (la lectura retorcida del cartel es totalmente mía). Más bien, pareciera que ello es un resultado inesperado de sus acciones, o sea, que a Moore se le voltió el chirrión por el palito [cosa no poco frecuente en el hacer humano: por ello las ciencias sociales son incapaces de convertirse en ciencia predictiva].

Para sustentar lo anterior recurro al primer post que pegotee en este blog. En aquél señalaba que siempre es necesario recordar que aún la acción más subversiva puede estar legitimando un orden: aquellos que se piensan radicales, contraculturales, marginales, fuera del sistema, etc., tal vez sólo estén reforzando las dinámicas de una arena [política] institucionalmente reificada y anquilosada. En este sentido, cabría preguntarse en qué medida Moore está cumpliendo con su objetivo inicial: sacar a Bush de la presidencia, o en qué medida está, más bien, contribuyendo a movilizar fuerzas para cimentar en mayor medida su reelección. Digo, si Bush ya una vez uso el monstruoso aparato gubernamental para ganar las elecciones anteriores (como ya bien lo puso de relieve Moore en su documental) ¿no es posible que lo haga otra vez? ¿Acaso no podría estar generando [Moore] con su hacer una reacción masiva del ala ultraconservadora que, en última instancia es la que ostenta el poder (i. e. New American Century)? (Véase por ejemplo una contribución mía en el site de ApistemA, titulada: «Cuando el destino (manifiesto) nos alcance»).

Basta recordar que faltan alrededor de seis o siete semanas para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Recordemos también que Moore renunció al Oscar cuando decidió transmitir su documental en la televisión nacional gringa. Si por algún extraño mecanismo, el mencionado documental está provocando una reacción inversa a la que buscaba originalmente…uf, uf y recontrauf. Si no estoy mal enterado, algunas encuestas realizadas por medios tales como Los Angeles Times, The Economist, The Washington Post Gallup y otros, demuestran, de entrada, que hoy día Bush tiene más posibilidades que Kerry en la carrera para llegar al trono del imperio. De hecho a este último (a Kerry, no al Imperio) se le ve desencajado, con el ánimo un poco perdido, demasiado solemne. Mientras Bush se nota jovial y alegre, como sintiéndose ya con el reinado en el bolsillo. Imaginen si Bush (el presidente de la guerra —como el mismo se autonombra—) se reelige: es casi seguro que los próximos objetivos de su peculiar política exterior podrían ser Irán y Corea del Norte. Pero éste último no es cualquier cosa y segurito que sí le enseña los dientes al Imperio (ingenuos Hardt y Negri). En este sentido, el panorama se vislumbra bastante turbio: más coaliciones por la paz; el derecho internacional violado; la ONU vituperada como payaso de rodeo; cientos y cientos de civiles y marines muertos; torturas como las de Abu Ghraib, y una larga lista de etcéteras. Como decía al principio: aún no he visto la de Alien vs Depredador, pero parece que su eslogan condensa lo que se avecina: «gane quien gane, nosotros perdemos». Terror begat terror. Una vez más, Zizek aludiendo a The Matrix ofrece una buena coda para cerrar este post: Welcome to the Desert of the Real….

Canción del SOL

Párate de frente al sol,
Escucha su canción:
Voces suaves, dulce voz
Me ilumina donde voy,
Nada limita mi ilusión,
Porque tengo el amor de Dios.
Sea siempre su voz mi canción,
Que alabo día a día entre los rayos del sol,
El amor de mi padre Dios.
No me detengo si triste estoy,
El viene conmigo donde voy,
Tengo su mano que me guía
Y me alienta, su hija soy.
Dame tu luz, que no hay otra igual
Que es ternura que acaricia;
Donde llego a descansar,
Porque es tu amor la suave brisa que yo bebo,
Si yo soy lo que tengo,
Soy de Dios cuanto sueño,
Es su voz que sigo con amor,
El amor de Dios,
Dame siempre lo que soy
Si contigo estoy Señor.


AMUCHEV

sábado, septiembre 18, 2004

Hay amor que dulce y suave eres

Que penetras hasta el fondo de mi corazón

Sin miedo, sin dudas, sin dolor

Solo veo tu brillo, tu ternura y tu pasión

Mezcla suave y homogénea

Que derrama un resplandor

Tan único, especial e incomparable

Que no envidia la belleza de una flor



Si palabras yo encontrara

Que pudieran describir

El torbellino de emociones

Que tú me haces sentir

Un pergamino llenaría

Narrando mi vivir

Pero inútilmente he buscado

Mis sentimientos traducir



No existe en el diccionario

Lo que yo siento por ti

Y es que amar se queda corto

Cuando se trata de ti

Es mucho más que eso

Lo que me lleva a existir

En este mundo sin igual

En que a ti te conocí



Porque Dios me ha premiado

Con un ser maravilloso y sin igual

Que si me hubieran preguntado

¿Donde existe alguien así?

Sin duda habría contestado

Inútilmente lo buscáis aquí



Pero no salgo de mi asombro

Cada día que te miro

Pareces un ser humano como otro

Pero dentro de ti existe un ser

Increíble y singular

Que me brinda su amor incondicional

Un amor puro y sincero

Que nunca nadie me pudo dar



Por eso te amo mi amor

Con este amor particular

Que nunca sentí por nadie

Y que mi rostro no puede ocultar

Este amor único y exclusivo

Que a pulso te supiste ganar

Por eso te adoro y me entrego a ti

Por eso te extraño cuando tú no estás aquí



Lety


miércoles, septiembre 15, 2004

Reflexión

Cuando tenemos dudas, malentendidos, enojo o sentimientos
de malestar con la
persona que amamos, nuestro amor se pone en pausa, pues
esos sentimientos no
pueden coexistir con el amor.

Lety

miércoles, septiembre 08, 2004

Una fecha especial

Una fecha especial, una fecha importante.
Muchas personas que conozco suelen decir: “me olvidé de tu cumpleaños”, “sé que nos conocimos en julio, pero no recuerdo el día”, “¿aniversario? Ups! Todavía tengo tiempo de ir a la florería”… y frases por el estilo para justificar “la perdida de memoria” sobre fechas especiales. En cambio para mí, recordar es importante, porque es volver a vivir un momento, revivir una emoción y confirmarle a una persona cuanto me importa.
Hoy es uno de esos días importantes, en un día como hoy te conocí; en un día fechado 8 llegaste a mí y mi vida cambió.
Nunca olvidaré nuestro primer encuentro. El ambiente era tenso, ambiguo y artificial, ah, pero eso si muy respetuoso ¡nos hablábamos de usted!
Como si fuera ayer recuerdo que no utilizamos las trilladas frases “estudias o trabajas”, sino que intercambiamos ideas acerca de la vida, el amor, la pareja, la familia… Palabras y frases que fueron descubriendo poco a poco lo común, lo compartido y lo deseado.
Todavía no escuchábamos el tú, cuando ya nos habíamos aceptado, y el usted se cambió por “mi amor”; al mismo tiempo surgía la necesidad de escucharte, de verte, de sentirte.
La magia no se ha perdido, los sentimientos aquí están y aun queda mucho camino por andar, que recuerdo muy bien inició en un día como hoy…

lunes, septiembre 06, 2004

Amor

«De esas pulgas no brincan en tu petate, Panzón» —decían todos cuando me sorprendían espiándote. «Esa es una puta de las caras, y tú no eres más que un bicho insignificante. Mírate en el espejo, pinche nerd: ¡pareces un sapo!». Se burlaban tanto de mí sólo porque te amaba (no eras una obsesión: yo te amaba de verdad). No entendían, no veían más allá de la miope inmediatez de su vida de misa dominical y de reuniones moralinas en casa de la abuela. No comprendían que, en el fondo, lejos de todo ese aparente glamour (eras como un misterio con tus zapatos a veces rojos, a veces azules), fuera o por detrás de la belleza inmensa que te elevaba sobre todos nosotros, pinches nacos de barrio, tú eras otra cosa: una especie de perversa virginal cuyas miradas sucias provenían de los ojos más bellos sobre la tierra. Lo siento, no lo puedo explicar mejor. No imaginaban que por eso mismo que ellos llamaban putería (y que para mí era la esencia de tu encanto) tú eras capaz de fijarte en un pobre idiota como yo. Yo sabía que por dentro (y ahora lo sé de cierto) eras buena, dulce, casi un ángel. Es verdad que a diario me hacías sentir como si no existiera, como si fuera un fantasma. Me aniquilabas con tu indiferencia. Hasta hoy. Ahora estás recostada en mi cama, envuelta en una dulce calidez casi pegajosa. Mientras beso el tatuaje en tu tobillo —y recorro con el índice este otro que recién descubrí en tu espalda— confirmo que ambos contrastan deliciosamente con el halo de inocencia que enmarca tu rostro. Me costó un poco de trabajo saber que realmente eras bellísima por dentro (mis manos son muy torpes, lo siento). Carajo, cómo me gustaría poder romper este inútil monólogo y que me escucharas. Pero necesitaría levantarme, separarme de ti e ir a sacar tu cabeza del refrigerador. Y la verdad es que se está tan bien aquí a tu lado (la sangre aún está tan gratamente tibia), que…

miércoles, septiembre 01, 2004

"Permítame, Sr. Presidente"


"el primer acto es un hombre desnudo.
una explosión colectiva de risa
atrae la mirada del reflector.
la gradería está repleta:

de payasos"

Luis Chaves. Espejos (fragmento)


Era de esperarse. El 4º informe del estado que guarda la administración pública de México fue un circo divertidamente estupendo. Y creo que el verso del poema de Chaves con que se abre este texto condensa, en buena medida, la lógica mandibulinesca en la que se vio [y se ha visto] inmerso nuestro querido Presichente (para quienes debido a su juventud no lo recuerdan, Mandibulín era un personaje surgido de la retorcida mente del dúo dinámico compuesto por Hanna-Barbera. El monigote en cuestión era un gigantesco tiburón blanco que tenía una terrible voz aflautada y se regía casi siempre por una cobardía absurda. Su frase favorita era: «ya nadie me respeta». Resuena ¿verdad?). Luego de la toma de postura de las [seis] distintas bancadas partidistas, fuimos testigos de cómo una Comisión de Cortesía literalmente «arreaba» a Vicente hasta el recinto del Congreso en San Lázaro: parecía que el presidente intuía lo que iba a suceder unos minutos después, porque hasta se jaló una sillita y se puso a «comentar el punto» con la vistosa Comisión, como para «hacer tiempo». A lo mejor Vicente ni siquiera tenía ganas de ir.

Luego del lujoso trayecto minibusero que experimentó la caterva de cortesía, y con su entrada triunfal al recinto, Vicente tenía todo bajo control. Aplausos, saludos, abrazos. Todo al por mayor. Hasta la lluvia parecía haberse puesto de su lado [recordemos que buena parte de los últimos informes han estado pasados por agua]. Todo era como un eufemismo de aquella pantomima del 2 de julio del 2000: el triunfalismo hacía acto de presencia y poco a poco se transminaba al ánimo del pueblo. Pero no era más que eso: una pantomima. Como una metáfora de los cuatro años del (des)gobierno foxista, al subir Vicente al foro [quizá] más importante de la República, lo que se observó fue cómo su botuda gallardía se transformaba en la desdibujada figura de un presidente que parecía estar ausente, debilitado moral y físicamente [o desnudo, como lo anuncia el verso de Chaves]. Y se le notaba en la voz: no pasaron un par de frases sin que Fox trastabillara:

Comparezco ante esta Soberanía para cumplir la responsabilidad que señala el artículo 69 de nuestra Constitución, de rendir cuentas sobre el estado que guarda la administración pública del país. Hago entrega del Informe escrito y sus anexos, que detallan los resultados de este año de gestión. En este mensaje me referiré únicamente a los aspectos más relevantes( ejem, ejem). Al asumir la Presidencia de la República, incorporé a mi propuesta de gobierno las aspiraciones democráticas de la sociedad, profundizar en la democracia. El mandato ciudadano que recibí fue muy claro: avanzar en la construcción de un país que tuviera como ejes la independencia de los poderes y el fortalecimiento del orden jurídico (tragito de algo amarillento que, desde mi perspectiva, no era agua).


Y ¡zas!, comenzó la primera de 36 interrupciones (por lo menos esas fueron las que alcancé a contar). Desde gritos tales como: «Se ve, se siente, la patria no se vende», hasta «No al desafuero» o «López Obrador» [voz ante la cual Vicente no pudo reprimir una casi imperceptible mueca de algo como el asco], hasta improvisados carteles que ofrecían medalla de oro a la mentira más rápida. Total, hasta Manlio Fabio Beltrones, recién estrenado presidente de la Cámara, se dio el lujo de interrumpir autoritariamente al presi: «permítame, Sr. Presidente» —¡lo calló!, Ja . Rato después, no cabe duda que la gradería del recinto de San Lázaro no estaba llena más que de payasos. En fin, cabe aclarar que no quiero demeritar los logros [si es que hay alguno más o menos decente] del mandato de Fox. Tampoco quiero discutir [por lo menos hoy, porque tengo que terminar para la clase de mañana un libro que versa sobre Manuel Lozada y, para variar, no he ni siquiera comenzado a leerlo. Y lo peor es que lo escribió el profe, así que ni forma de sacarle al parche] acerca de la cercanía de los proyectos neoliberales a ultranza a los que nos han subsumido nuestros gobernantes, por lo menos desde Miguel de la Madrid. Menos aún discutir acerca del espejismo del cambio o de la reducción electoral/electorera de lo democrático… Lo que quería poner de relieve es la manera en la que la presidencia ha afectado a Vicente. Se le nota en el rostro, en la frente cada vez más amplia, en el apoquinamiento. Si no, fíjense en cómo el presichente se iba hundiendo, haciéndose chiquito en la silla del águila, cuando Fabio Beltrones le contestaba de manera durísima pero conciliadora, su reporte del estado que guarda la nación (aunque se oiga muy gringo. Hay que recordar que el informe es el marmotreto en sí que Fox entrega para que lo glosen).

Sólo resta decir que lo que vimos este día por televisión nos muestra que el sexenio de Fox fue cortísimo y, según parece, terminó hoy, hoy, hoy. El veloz nerviosismo con el que acabó de dar lectura a su informe nos lo confirma: Fox desea terminar con todo esto y dedicarse a los negocios, a su rancho, y a vivir de la pensión vitalicia que le pagamos nosotros, los súbditos. Perdón, los ciudadanos mexicanos. Tanto la movilización del domingo pasado contra el desafuero de LO y las acusaciones que penden sobre Creel, como la patética demostración que nuestros legisladores exhibieron hoy en televisión nacional son indicadores de: 1. Que la disputa por la silla presidencial está, oficialmente, en marcha; 2. Que el horizonte se pinta cada vez más negro y con una terrible ausencia de proyectos de nación (¿López Obrador y su izquierda terriblemente anacrónica y anquilosada? ¿Santiago Creel y la perpetuación de un proyecto neoliberal a ultranza? ¿Las megalomanías de Muñoz Ledo o de Castañeda? ¿Madrazo y el inicio de un nuevo porfiriato? ¿Slim? ¿De la Fuente? ¿Kawaghi?. ¿PAN/PRI/PRD y circo? That is the question. Chale ¿dónde está la democracia social, que es lo que verdaderamente necesita este país?

Pd.

Como nota al margen, desde mi perspectiva, [y que conste que no tengo filiación política] la única postura que además de criticar ofrecía propuestas interesantes [que siempre terminarán por estrellarse contra la sempiterna falta de presupuesto] provenía de la facción conformada por el PT (con una grandísima presencia de seis escaños). El PRI (224 curules) y el PAN (151) y el PRD (97), igualitos: jalando agua para su molino. Como dijeran Bobbio y Giddens: no cabe duda que cada vez más estamos más allá de la izquierda y la derecha. Ah, y Jesús Ortega me provocó un ataque de risa cuando, en pleno ataque a las corruptelas panistas y priístas, palideció ante el grito de «Bejarano, Bejarano». Ja. Hubiera resultado más divertido si Ortega pudiera haber contestado: «Creel, Creel», o «Madrazo, Madrazo». Total, la lista es larguísima. Y del muchachito imberbe del PV (17) mejor ni digo nada (ahora resulta que se valen de argumentos zapatistas para… uhg). Aclaro que no alcancé a escuchar la postura Convergencia (5), por lo que hasta mañana que lea los diarios tendré una opinión formada. Ah, lo olvidaba: ¿qué tan significativa puede ser la presencia de Emilio Azcarraga Jean en el contexto del informe? ¿Y la de López Obrador? En fin… El asunto se pone cada vez más interesante por que cada vez se torna en algo más soso, cual novela de Easton Ellis.

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